Ve otras biografías de sexualidad en:
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¿Cuántas veces no escuchamos
esa frase cuando éramos niños? Seguramente muchos oímos esa expresión o alguna
versión de la misma.
Obviamente la frase se
aplica en ocasiones cuando los niños se tocan en público, pero en estos casos
hay que explicar a los niños que hay cosas que no deben hacerse a la vista de
los demás y no solamente reprimirlos.
Incluso sin decirnos la frase, nuestros
padres se inventaron la forma de recordarnos tal sentencia 24/7 debido a que el
no querer responder a los cuestionamientos de niños sobre temas sexuales, el
hacer como que no pasaba nada conforme se iban desarrollando nuestros cuerpos y
experimentábamos cambios, el detener una película porque había una escena
subida de tono y demás actos similares eran exactamente lo mismo que repetirnos
la misma frase (¡Déjate ahí!) una y otra vez.
Intento entender sin éxito,
por qué los padres le sacan tanto la vuelta a un tema primordial como lo es el
sexo. Sé que puede ser incómodo (sobre todo para papás de generaciones
anteriores) hablar de estos temas, pero la información transmitida por los
padres puede salvar vidas. Si recibimos la información adecuada de nuestros padres podemos tener un desarrollo
sano, evitar embarazos no deseados e incluso librarnos de contraer enfermedades
venéreas. La desinformación puede traer todo lo contrario.
Ejemplos
de la frase ¡Déjate ahí!
Fulanito hace años, cuando
era niño, veía una telenovela con su mamá, de repente un villano y una villana
discutían fuertemente, se acercan el uno al otro y comienzan a hacer algo que
Fulanito no comprendía; entonces le preguntó a su progenitora: ¡Mamá! ¿Se están
mordiendo o se están besando? A lo que la mamá montó en cólera y le contestó:
¡Ay, no hagas preguntas que no debes! Traducción:
¡Déjate ahí!
Fulanito se sintió apenado ante una pregunta
que bajo su perspectiva era natural. Si la mamá creía que no tenía Fulanito la
edad apropiada para hablar de esos temas, ¿qué hacía el niño viendo una telenovela
con ella?
A Perenganito (niño) lo
estaba cuidando su tía, veían una noche la película del Patrullero 777 de
Cantinflas. En realidad ya estaba medio dormida la tía; pero Perenganito veía
la película. El largometraje incluye la escena de un parto. Cuando comienza esa
escena, se levanta la tía medio dormida para apagar la televisión “porque ya
era hora de dormir”. Traducción: ¡Déjate
ahí!
Zutanito (10-11 años) estaba
haciendo tarea sobre educación sexual, en el texto que leía se mencionaba la eyaculación,
pero no sabía a qué se referían con eso. “El hombre eyacula para poder tener
hijos”, o algo por el estilo se narraba en su libro de texto. Zutanito preguntó
a mamá: ¿Cada cuánto ocurre una eyaculación? Él preguntó esto porque sabía la
frecuencia con que ocurría la menstruación en la mujer y trataba de entender la
eyaculación comparando con lo que ya conocía. A lo que la mamá respondió
enojada: ¡Esas preguntas se las debes hacer a tu papá! Traducción: ¡Déjate ahí!
En realidad, en esta
historia Fulanito, Perenganito y Zutanito eran la misma persona. ¡Tanta
desinformación solo por miedo a hablar sobre temas inapropiados! No hace
falta decir, a como viene la historia, que sus padres jamás le hablaron de
sexo. Todo lo que aprendió fue por oídas, trató de prestar atención a lo que se
explicaba o “disque” explicaba en la escuela, pero no captó bien.
Sabía que los hijos nacen de
la mamá y una compañera comentó en el salón que el hombre le “echaba un
liquidito” a la mujer, pero nunca supo ni cómo ni con qué se lo echaba.
Luego un amigo mayor le
intentó explicar, le dijo: aquí está la vagina de la mujer (enseñándole una de
sus manos) y entonces el hombre… y con dos dedos chocó la palma de la primera
mano. Ah ya entendí se dijo a sí mismo Fulanito/Perenganito/Zutanito: es con
los dedos. Con dos dedos: índice y medio. Si así lo hizo su amigo…así debía ser.
Tiempo después se dio cuenta
en el salón de clases, cuál era la realidad, pero ni siquiera se lo dijo el
maestro directamente, lo captó entre los comentarios que hicieron los
compañeros y el mismo maestro. No recuerda que algún maestro o maestra haya
dicho qué se introduce y dónde. Esa simple frase le habría quitado la
ignorancia sobre el acto sexual desde el principio y no se hubiera estado quebrando la cabeza de cómo se echaba el liquidito
o de dónde se sacaba.
Sé que la historia parece de
broma, pero es real y si alguna vez han leído sobre mitos sexuales,
comprenderán todas las cosas que se preguntan a maestros, profesionales de la
salud, coaches, etc. Son tan increíbles las preguntas que se hacen, que uno no
se ríe porque la desinformación, la educación paupérrima y el analfabetismo
sexual no son cosa de risa, pero dichas preguntas parecerían escritas por un
comediante.
Finalmente, si eres padre o
madre, te dejo una reflexión:
Un maestro nos dijo una vez: si tienen una
piscina honda e hijos pequeños. ¿Qué harían: construir un muro bien alto para
que los niños no se metan a la misma o enseñarles a nadar? Y prosiguió: Si
construyen un muro, los niños tarde o temprano encontrarán la manera de
brincarlo, en cambio, si les enseñan a nadar, no va a haber problema el día que
entren a la alberca.
Más o menos pasa lo mismo
con el sexo, es mejor que los hijos “aprendan a nadar” y no ponerles muros
invisibles.
Nota:
Hace tiempo pensé en hacer un post como éste y curiosamente hoy leí uno relacionado
con la misma temática y me decidí a hacerlo.
El blog es este: https://laleyendadedarwan.es/2020/01/29/la-educacion-sexual-infantil-comienza-a-los-cero-anos/